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viernes, 15 de febrero de 2013

Los checos checas

Los checos tienen un humor... bueno, no tienen mucho humor, son rancios y a veces llegan a ser maleducados, sobretodo las personas más mayores. Te hablan, le dices que no hablas checo y se van, directamente se van, y con cara de pocos amigos además. Normalmente buscamos una cajera en el super que sea joven, porque si tenemos que comunicarnos para algo más de lo cotidiano, sera más fácil,  ya que practicamente toda la gente joven  habla inglés, aunque te diga que muy poquito, da igual, a los españoles nos dan 3 vueltas.

Supongo que entre amigos o entre ellos son divertidos como todo el mundo, quizás la palabra más correcta sea distantes o introvertidos, aunque "esaborios", como dicen en mi tierra, también le pega. Y algo curioso es que no sonríen, la típica situación cuando les dejas pasar o estáis a punto de chocar... nada, tampoco suelen dar los buenos días, aunque eso puede ser particularidad de mi bloque. Y mira que cuando yo llegue tuve buenas experiencias con gente muy simpática, me dijeron "no es muy normal", pues tenían toda la razón.

Otra característica es su olor, no se muy bien porqué, pero el tranvía siempre huele mal, da igual que sea temprano, ayuda mucho que todo este cerrado y con calefacción y que los perros también suben, y claro está que seguramente la mayoría no huele o huelen bien, pero ahí esta el característico olor que no solo nosotros hemos notado.

Para "argumentar" su comportamiento se dice que los checos han sido algo puteados (con perdón) que si los alemanes, luego llegaron los comunistas y que prácticamente llevan poco siendo "libres", pero señor checo, yo no tengo la culpa, sonría, que es gratis y da luz, la cual en invierno os falta.

Y lo más importante es que son muy vagos!! España y más concretamente los andaluces tienen la fama de poco trabajadores, pero estos escardan la lana y bien.

Con todo esto no quiero que nadie se me ofenda, ya se sabe que generalizar nunca es bueno, luego ya cada cual con su experiencia, tampoco tengo el gusto de tener amistad con ningún checo, y los pocos que conozco son muy normales, huelen bien y son amables :D



domingo, 3 de febrero de 2013

Karlovy Vary

Una de las ciudades cercanas a Praga y de las más conocidas y turísticas de la República Checa es Karlovy Vary. Una bonita ciudad entre montañas muy colorida tanto en edificios como en naturaleza, y con calles y calles donde solo y exclusivamente hay hoteles. Y si por algo es conocida Karlovy Vary es por sus fuentes termales, sus obleas (agua caliente y ostias, con perdón) y por supuesto el Becherovka, un licor muy conocido por estos lares, bastante fuerte y con un intenso sabor a canela. Una bebida muy típica es el Betón, mezcla de Becherovka y tónica. Pues en Karlovy vary encontramos el museo.

Al llegar, tras dos horas de autobús con studen agency (que placer, chocolate, sillones comodos, auriculares y peli o TBBT en su defecto, en ingles y checo) comenzamos nuestra ruta por la gigantesca botella de Becherovka que se encuentra delante del museo, continuamos por las calles céntricas peatonales, donde hay millones de tiendas y donde venden las obleas (oplatky), recién hechas de diversos sabores y por unas 7 coronas (0.30 € aprox), o bien puedes comprar una caja por unas 30-40 coronas (euro y algo), las cuales, por cierto, la gente compra compulsivamente. Fuimos adentrándonos en la ciudad hasta llegar a la primera fuente termal a 30º, lo típico es comprar tu vasito con pajita incluido (cañita en idioma no cordobés) llenarlo e ir bebiendo por la calle... con mucho valor, porque el agua está realmente asquerosa, no por lo caliente si no por su sabor a ¿azufre?¿hierro? da igual, pero la gente lleva vasos enormes y bebiendo tan ricamente. Dicen que son curativas pero nada sabrosas.
Iglesia rusa
fuente termal
Antes de seguir con la ruta de fuentes nos desviamos para ver la iglesia rusa que es muy bonita por fuera y muy inusual y extravagante por dentro, más que nada porque no es una típica iglesia, supongo que será tipica ortodoxamente claro, pero me resultó muy curiosa. Y empezamos con la ruta termal, un total de 12 pequeñas fuentes donde varían los grados desde 30 hasta 72, si, quema pero igual lo beben. En el paseo pasamos por las columnatas del molino, del mercado y del castillo donde se encuentran algunas de las fuentes. Y al final llegamos al superchorro de agua, un geiser a 72 grados llamado Vidrlo (no puedo poner tildes)En el mismo recinto donde se encuentra el "chorro" podrás encontrar más fuentes termales para beber, sitio para descansar y algunas tiendas de souvenires. Cerca se encuenta la iglesia de Santa María Magdalena que es barroca y muy bonita.

recinto fuentes termales

detalle columnata del molino

iglesia santa maria magdalena

Vridlo
Además dimos un paseo por la vera del río, y por los montes se ve un precioso y otoñal colorido (claro que era octubre, ahora estará todo nevado).

ribera rio Tepla
colores otoñales